Si
se realizase una encuesta preguntando lo que es la Salud, posiblemente
obtendríamos que todo el mundo dice saber lo que es, pero cada persona tiene un
concepto distinto. No obstante, en muchas explicaciones nos enumerarían
características como son la idea de bienestar, falta de enfermedad, ausencia de
deficiencias...
Este
concepto ha ido variando con el tiempo, a medida que se percibía de forma
diferente. Antiguamente se veía como ausencia de enfermedad; o sea,
inexistencia de anomalías observables, orgánicas, anatómicas, fisiológicas o
conductuales. Incluso actualmente utilizamos el término “salud” como opuesto a
enfermedad: nos consideramos sanos cuando no estamos enfermos.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1946 definió la salud como “Un
estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades”. Prima una consideración subjetiva:
hay salud si, a pesar del deterioro físico, se supera un proceso de
rehabilitación completo, hasta encontrarse el sujeto a gusto en su medio; no la
hay si se carece de bienestar, aún en ausencia de enfermedad. Además, con el
añadido "social" de que la salud depende también de factores de la comunidad
humana; no es algo que una persona pueda alcanzar aisladamente.
La
Actividad Física hace referencia al movimiento, la interacción, el cuerpo y la
práctica humana. Tiene tres dimensiones: biológica, personal y sociocultural.
Desde una dimensión biológica (la más extendida) se define como cualquier
movimiento corporal realizado con los músculos esqueléticos que lleva asociado
un gasto de energía. Pero una buena definición debería integrar las tres
dimensiones citadas: “La actividad física es cualquier movimiento corporal
intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto
de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los
seres y el ambiente que nos rodea”.
Algunas
características que debe respetar una actividad física orientada a la salud
son:
·
Ser
moderada (permitir llevar una práctica constante durante largo tiempo) y
vigorosa (intensidad que produzca sudoración y jadeo en la respiración).
·
Habitual
y frecuente, de manera que forme parte del estilo de vida.
·
Orientada
al proceso de práctica, más que a un resultado o alto rendimiento.
·
Satisfactoria.
·
Social;
que permita relaciones entre las demás personas.
·
Si
se compite, debe ser entre individuos de un mismo nivel y con el deporte
adaptado a las características del que lo/a practica.
·
Existirán
algunos aspectos lúdicos.
·
Será
acorde con la edad y características psicofísicas de los practicantes.
·
Habrá
una amplia variedad de actividades y deportes.
·
Se
adaptará a las características personales.
Efectos
positivos de la actividad física sobre el organismo
Los beneficios
que tiene una práctica correcta de actividad física sobre algunos sistemas y
aparatos de nuestro organismo son:
El Aparato
Locomotor
El
aparato locomotor nos permite realizar cualquier acción voluntaria. Está
formado por:
·
Huesos:
Partes rígidas del sistema que se comportan como palancas. Ejercen una función
de armazón, sostén y protección del organismo.
·
Articulaciones:
Puntos donde se unen dos o más huesos, que funcionan como partes móviles del
esqueleto.
·
Músculos:
Transforman la energía química en energía mecánica, y nos permiten el
deslizamiento de los huesos alrededor de los ejes de giro definidos en cada
articulación.
Los
músculos esqueléticos (empleados en las contracciones voluntarias) se muestran
receptivos a los cambios que conlleva el acondicionamiento físico. El ejercicio
físico produce un aumento del volumen y eficacia de la musculatura empleada,
además de unas mayores posibilidades de estiramiento y movilidad articular.
Así, se favorece la adopción de posturas correctas, dificultando la aparición
de desviaciones en la columna vertebral.
Los
trabajos aeróbicos se plasman en la mejora de la capacidad del músculo para
obtener energía de las fuentes aeróbicas. Se aumenta el contenido de mioglobina
(proteína que fija el oxígeno, liberándolo cuando hay déficit), el volumen y el
número de mitocondrias de las células musculares. El trabajo de resistencia
incrementa poco la capacidad de fuerza del músculo; pero el trabajo de fuerza
permitirá un mayor engrosamiento de las fibras musculares, dando lugar a la
hipertrofia, aumentando la capacidad circulatoria y extrayendo más oxígeno de
la sangre.
La
rigidez de las articulaciones, condicionada por el engrosamiento de los
cartílagos, es progresiva con el aumento de edad, y sólo se contrarresta con la
actividad física regular, que mantiene la movilidad y flexibilidad articulares.
El
fortalecimiento de los tendones e inserciones ligamentosas en los huesos,
gracias al ejercicio, permite soportar tensiones más elevadas con menor amenaza
de lesión. Además, la actividad física resulta indispensable para la
calcificación de los huesos, con lo que se previenen patologías degradantes de
este sistema óseo y articular.
El Aparato
Cardiovascular
El
aparato cardiovascular es el encargado de transportar el oxígeno y las
sustancias nutritivas a través de la sangre a los diferentes tejidos, así como,
gracias a la sangre, eliminar los desechos producidos por las células.
Está
formado por:
·
El
corazón, que hace de bomba impulsora de la sangre.
·
Los
vasos sanguíneos (arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas). Son las
cañerías por las cuales circula la sangre.
Podemos
decir que el corazón bombea la sangre, que transporta por medio de los vasos
sanguíneos el oxígeno y los nutrientes que necesita la célula para obtener
energía.
Respecto
al corazón, es uno de los órganos en los que mejor se pueden observar las
repercusiones del ejercicio. Una actividad física de baja intensidad y larga
duración (120-140 pulsaciones/minuto) aumenta el volumen de las cavidades (cabe
más sangre en las aurículas y ventrículos) y las paredes (miocardio) se hacen
más gruesas; gracias a esto, la masa muscular y la contractibilidad cardíaca
sufren un incremento, lo que hace que envíe sangre con más fuerza al aparato
circulatorio. Estas mejoras debidas a la actividad física se reflejan en un
aumento de la eficacia de bombeo, lo que ocasiona un descenso de la frecuencia
cardíaca de reposo. O sea, con un número más bajo de latidos se expulsa el
mismo volumen de sangre, y el corazón realiza un trabajo más cómodo (una
persona tiene menos pulsaciones por minuto cuando está entrenada, que cuando no
lo está).
Otro
efecto importante de la actividad física sobre el aparato cardiovascular es el
aumento de la capilarización, tanto cardíaca -vasos encargados de irrigar al
propio corazón- como de la mayoría de los músculos, órganos y tejidos, a la vez
que se mantiene la elasticidad arterial, que es uno de los factores
facilitadores de la circulación sanguínea.
Se
previene la aparición de arteriosclerosis (o disminución del calibre de los
capilares), con lo que se ayudará a evitar la aparición de embolias y
enfermedades coronarias.
El Aparato
Respiratorio
El
aparato respiratorio está implicado en la captación del oxígeno (O2) contenido
en el aire atmosférico, y en la eliminación del dióxido de carbono (CO2)
sintetizado en el organismo como producto de desecho. Asegura el intercambio
gaseoso entre el aire atmosférico y la sangre.
Está
formado por:
·
Vías
respiratorias superiores: Son la nariz y fosas nasales, faringe y laringe. Se
encargan de calentar, humidificar y filtrar el aire inspirado.
·
Aparato
broncopulmonar: Está formado por la tráquea, los dos bronquios principales y
los pulmones (que a su vez poseen bronquiolos y alvéolos).
La
actividad física aumenta el metabolismo del organismo y, por tanto, las
necesidades de oxígeno.
Respecto
a los pulmones, la frecuencia y amplitud respiratoria se ven elevadas, gracias
al incremento de la capacidad pulmonar (capacidad vital y máxima capacidad
respiratoria) y la eficacia de la musculatura respiratoria. Las posibilidades
de ensanchamiento de la caja torácica también aumentan, debido a los músculos
que se encargan de realizar ese trabajo (diafragma, intercostales, recto
abdominal y oblícuos).
Se
incrementa además la cantidad de hemoglobina de los glóbulos rojos y, dado que
es la responsable de captar el oxígeno de los alvéolos, su transporte hasta los
tejidos, el intercambio de CO2 y la expulsión de éste en el saco alveolar, se
verán mejorados.
El Sistema
Nervioso
Atendiendo
a una división desde un punto de vista funcional, el sistema nervioso se
compone de:
·
Sistema
nervioso somático (o voluntario), que se encarga de la actividad muscular.
·
Sistema
nervioso vegetativo (o autónomo), responsable del control de las funciones
orgánicas.
La
práctica de actividad física tiene una serie de beneficios sobre este sistema,
que van desde un progreso en aspectos coordinativos, hasta la posibilidad de
disminución de los niveles de ansiedad y agresividad, pasando por la mejora del
descanso y el sueño. Puede ayudar a prevenir situaciones depresivas o
estresantes, aumentando a la vez las posibilidades de ejecución.
Muchos
médicos han descubierto en el ejercicio físico continuado una herramienta para
combatir el estrés de sus pacientes. Generalmente, los factores externos que
desencadenan una situación de sobrecarga psíquica van a seguir incidiendo, pero
la persona que habitualmente realiza actividad física está en condiciones de
manejar, reconducir o enfrentarse más eficazmente al estrés.
La condición
física como mejora de la salud
Al
realizar ejercicio físico mejoramos nuestra condición física y, por lo tanto,
las capacidades condicionantes o capacidades físicas básicas. Dichas
capacidades físicas básicas o capacidades físico-motrices se pueden definir,
según Castañer y Camerino, como el conjunto de componentes de la
condición física que intervienen, en mayor o menor grado, en la consecución de
una habilidad motriz. Son la fuerza, la resistencia, la velocidad y la
flexibilidad.
La
Flexibilidad
Según
Álvarez del Villar, la flexibilidad es la cualidad que, con base en la
movilidad articular y extensibilidad y elasticidad muscular, permite el máximo
recorrido de las articulaciones en posiciones diversas, pudiendo el sujeto
realizar acciones que requieren gran agilidad y destreza.
El
mantenimiento de posturas incorrectas durante períodos prolongados trae como
consecuencia una pérdida de extensibilidad y elasticidad de los músculos, lo
que supone una pérdida de flexibilidad. La insuficiencia de ejercicio, las
condiciones laborales sedentarias actuales, la prolongada posición sentada de
los niños/as en el colegio, frente al televisor... que hace adoptar al
individuo posiciones nocivas, tiende a fijar posturas incorrectas, y llega a
convertir actitudes normales en deformaciones.
La
falta de flexibilidad ocasiona deterioro de la coordinación, predispone a
lesiones y a la adquisición de defectos posturales y empeora la calidad del
movimiento. Así, la flexibilidad es necesaria para:
·
Llegar
a los límites de cualquier región corporal, sin deterioro de ésta y de forma
activa.
·
Desplazarse
con mayor rapidez. La velocidad de desplazamiento está en función de la
frecuencia y amplitud de zancada.
·
Evitar
lesiones: No sólo las musculares, sino también articulares.
·
Ejercer
mejor nuestra fuerza: Porque un antagonista que se extiende fácilmente permite
más libertad de movimientos.
La Resistencia
Según
Castañer y Camerino, la resistencia es la capacidad de soportar el estado
de fatiga progresiva que sobreviene en un trabajo de larga duración.
La
resistencia tiene diversos efectos beneficiosos sobre el organismo, como son:
·
Descenso
de la frecuencia cardíaca.
·
Disminución
del peso corporal.
·
Incremento
de la capacidad respiratoria.
·
Incremento
de la vascularización del músculo.
·
Incremento
de los glóbulos rojos y de la proporción de oxígeno en sangre.
·
Mejora
del funcionamiento de los riñones.
Según
Zarciorskij, la velocidad es la capacidad de realizar uno o varios
movimientos en el menor tiempo posible... a un ritmo de ejecución máximo y
durante un período breve.
La velocidad
es una capacidad con escasa incidencia fuera de la vida cotidiana, al contrario
que la fuerza, resistencia o flexibilidad. Por otro lado, se trata de una
capacidad con escaso margen de mejora al trabajarla y que además, en
determinadas manifestaciones, implica el uso de ciertas medidas de seguridad
para prevenir lesiones y accidentes.
La Fuerza
Castañer y Camerino dicen
que es la capacidad motriz de superar una resistencia por medio de la oposición
ejercida por la tensión de la musculatura.
La
fuerza permite la realización de distintas actividades cotidianas, como tirar,
empujar o levantar objetos. Unos músculos fuertes y resistentes ayudan a
mantener una buena postura y prevenir las lesiones y dolores de espalda, así
como realizar actividades cotidianas con más facilidad y sin fatiga, como
transportar, levantar objetos...
Nuestro
objetivo primordial en el trabajo de fuerza general debe ser dotarnos de una musculatura
armónica y equilibrada, sin desajustes entre los grupos musculares, que
posibilite la base muscular necesaria para la ejecución de las conductas
motrices usuales. Se sabe que una fuerza adecuada aumenta la eficacia motora,
ayuda a la adopción de posturas correctas y reduce el riesgo de lesiones.







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